ESTADO Y TERCERIZACIÓN LABORAL

Estado y Tercerización laboral

Artículo publicado en el diario La Jornada editado por la CUT PERU.

Por: JOSE DE LA CRUZ P.*

El pueblo peruano está a puertas de celebrar las fiestas patrias, época en la que rememoramos los ideales de libertad y justicia, así como la lucha independentista de los próceres, precursores, criollos, mestizos, indios y esclavos de nuestro país, quienes hartos del abuso y la dominación española se alzaron en armas contra la opresión y la esclavitud. Han pasado ciento ochenta y siete años, desde Junín y Ayacucho, y de vida republicana, sin embargo, este Estado Republicano, formado en su mayoría por criollos y mestizos con nula participación de los estratos indígenas de los andes del país, sigue manteniendo esta fragmentación social.

No podemos olvidar, que luego de la guerra de la independencia, el Estado se puso al servicio de los criollos y pagó en exceso a los " héroes de guerra " , brindándoles haciendas y dotes económicas. Luego , este Estado criollo se puso al servicio de los barones del guano y del salitre, y luego a los del caucho, permitiendo, por omisión, la barbarie en agravio de los nativos de la amazonía, todo con el propósito de favorecer a las grandes empresa foráneas. Después, vinieron el petróleo y la minería, pero la historia es más conocida y nuestra memoria más fresca. Hoy, sin embargo, con el gas y el auge de la minería la historia se repite. El Estado al servicio de las grandes empresas y de las élites criollas del país.

En la actualidad, las " voces autorizadas", en libros, revistas y medios de comunicación nos dicen que la globalización es irreversible y que nadie escapa a su carácter unidimensional y totalizador. Pero nadie dice que la justicia debe globalizarse y el empleo también. Las grandes empresas han ingresado a un proceso de descentralización empresarial, al que le han signado el nombre técnico de Tercerización e intermediación, y a este tecnicismo eufemístico, los grandes estudios de abogados y las vacas sagradas del derecho laboral lo han convertido en ininteligible a los ojos de los trabajadores y el pueblo.

Los despidos, la precariedad laboral y la defensa de sus derechos laborales crecen y están a la vuelta de la esquina ; sin embargo, el pueblo tiene su sabiduría, y por ello se organizó y levantó su voz el 09 de julio pasado.

Este gobierno ha perdido la vergüenza cuando se trata de vulnerar los derechos de los trabajadores, ya no esconde la mano, sino, borra con la derecha lo que escribe con la izquierda, lo que evidencia su clara derechización en cuanto a política laboral se trata. Es por ello que un martes 24 de junio de este año promulgó la Ley 29245 que regula el servicio de tercerización, y al día siguiente 25 de junio publica el D. Leg. 1038 que precisa los alcances de la primera, desconociendo lo poco que habían podido obtener los trabajadores. Más hipocresía gubernamental, no podemos encontrar. Después reclaman porque el pueblo protesta.

Poco podemos lograr con esta normatividad, en cuanto a revindicar el derechos de los trabajadores, tanto la Ley 29245 como el D. Leg. 1038, vigilan los intereses de los grupos económicos en el país. Para comenzar se les ha otorgado el plazo de un año para que las tercerizaciones y contratos de obra ilegales pueden regularizarse (y de los derechos dejados de pagar a los trabajadores hasta a la fecha o hasta que se regularicen. No se ha dicho nada), la pluralidad de clientes ha sido reducido a aquellas empresas que desplacen trabajadores, la responsabilidad solidaria tiene vigencia hasta un año posterior al desplazamiento, la autonomía funcional y organizativa es un elogio a la ingenuidad, si no, pregunten a las patronales de las empresas colaboradoras de Telefónica del Perú.

Por donde las miremos estas normas son a todas luces inconstitucionales por vulnerar la dignidad del trabajador y del ser humano, y pensar que ahora ya se está hablando que el derecho laboral contiene carácter de derechos humanos, si no, preguntemos a la OIT.

* Docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.