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miércoles, 25 de junio de 2008

EL ORÍGEN Y VIGENCIAS DE LA AUDIENCIAS

Artículo Publicado en la Página Web del Diario El Comercio, Blogs de Audiencias Públicas.

Por:

Jose De La Cruz P.*

Con la apertura de este espacio en la página Web del Diario El Comercio, que permite el intercambio de ideas con los ciudadanos, inicio este breve ensayo revisando el término de esta institución de la democracia directa.


La palabra Audiencia tiene su origen etimológico en el latín AUDIENTÍA, que a su vez proviene del término AUDIRE que significa OIR.

La Real Academia de la Lengua Española establece tres acepciones para esta palabra: 1. f. Acto de oír las personas de alta jerarquía u otras autoridades, previa concesión, a quienes exponen, reclaman o solicitan algo; 2. f. Ocasión para aducir razones o pruebas que se ofrece a un interesado en juicio o en expediente; y, 3. f. Tribunal de justicia colegiado y que entiende en los pleitos o en las causas de determinado territorio.

En América, durante la Colonia, se instauró la primera Audiencia en el año 1511 la que poco tiempo después fue suprimida y restablecida en 1526. Tenía a su cargo la Administración de Justicia en materia civil y penal y estaba compuesta por el Virrey y un número de oidores. Posteriormente se creó la Audiencia de Indias, con el mismo propósito.

Con el advenimiento de la República y las ideas liberales que trajo consigo el principio de la división de poderes, la administración de justicia pasó a formar parte del Poder Judicial. Sin embargo, la acepción jurídica de Audiencia siempre se ha mantenido en el ámbito del derecho procesal y jurisdiccional.

En la actualidad las Audiencias, como espacio de participación ciudadana, y como institución de la Democracia directa se enmarca en la Ley de Participación Ciudadana Ley 26300 y en la Ordenanza 065 del 15 de agosto de 1994, emitida por la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Las Audiencias, a diferencia de otros mecanismos de participación ciudadana, como la revocatoria, la rendición de cuentas, el cabildo, comités vecinales, etc., por la marcada tolerancia que exigen, son el ejercicio democrático por excelencia (como lo fue la Eclesia para los griegos y los Cantones para los Suizos) en donde el ciudadano haciendo uso del discurso argumentativo, de la oratoria propositiva y de la crítica constructiva, aporta en ideas y criterios de solución a los asuntos de interés público.

En plena democracia, las propuestas ciudadanas deberían ser el preámbulo para una toma de decisión del gobierno local, regional o nacional en donde las órdenes políticas y de gestión pasen por el tamiz de la crítica racional y, en particular, de la legitimidad popular. Eso, es vital para la democratización de la democracia, como sostiene Anthony Giddens (1).

Parafraseando a Al Gore en su libro “El Ataque contra la razón” donde afirma que en las democracias, - se refiere a la norteamericana -, hoy día se viene fabricando consensos ciudadanos a través de los medios de comunicación, en donde el televidente realiza un rol receptivo, sin capacidad de rebatir ni debatir, afirmando el autor que “...Lo que ha surgido es un foro público muy distinto, en el que a los individuos [ciudadanos] se les halaga constantemente, pero donde raras veces se les escucha…”(2).
En ese sentido las Audiencias Públicas del Diario El Comercio vitalizan la racionalidad democrática en nuestro país, mediante el debate alturado y las propuestas, que tanta falta hace.
(1) Anthony Giddens. Sociólogo Británico, autor del Libro “La Tercera Vía”. En donde propugna la renovación de la socialdemocracia.(2) Pág. 125. El ataque a la razón. Al Gore fue Vicepresidente de Estados Unidos.
* Docente en La Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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