EL TLC Y EL DERECHO LABORAL.

Por José De La Cruz.

Docente de la Universidad de San Marcos.

http://josedeponce.blogspot.com/

Aprobado el Tratado de Libre Comercio, pese a los desacuerdos de los sectores más afectados por este tratado, en particular los agricultores. Es recurrente prestar atención en cuanto a su implementación y ejecución y sus efectos sobre todo en materia laboral.

El Tratado en su capitulo diecisiete prevée la conformación de un Consejo de Asuntos Laborales integrado por los representantes de ambos países de nivel Ministerial. Dicho Consejo podrá supervisar la implementación del Tratado, desarrollar lineamientos generales de los puntos de contacto con el público, en las unidades dentro del Ministerio de Trabajo, preparar informes y otros que las partes puedan acordar.

Asimismo, el Tratado da reconocimiento al derecho de asociación, el derecho de organizarse y negociar colectivamente, la prohibición del trabajo forzoso, la protección laboral para niños y la prohibición del trabajo infantil y las condiciones aceptables de trabajo respecto a salarios mínimos, horas de trabajo, salud y seguridad ocupacional.

El Tratado a fin de garantizar, a los comerciantes americanos y peruanos, así como a las partes, la solución de posibles conflictos producto de la ejecución del Tratado, en su capitulo 21, establece el procedimiento de Solución de Controversias, a través de foros y paneles. Cláusulas importantes para los intereses de los comerciantes y del Estado Peruano.

Sin embargo, es preocupante lo dispuesto por el artículo 17.6 ítems 7, del capitulo 17 Laboral del Tratado, que establece que ninguna de las partes podrá recurrir al procedimiento de Solución de Controversias conforme a este Acuerdo, por ningún asunto que surja en relación con lo dispuesto en este Capítulo, salvo respecto al Artículo 17.2.1(a).

Es decir, no podrá llevarse a una Solución de Controversia, algún tema relacionado con el aspecto laboral. Cuando las condiciones laborales de ambos países, y su normativa interna, difieren abismalmente en cuanto a protección de derechos laborales. Además las condiciones de respeto a los derechos laborales y sociales en el Perú y la excesiva flexibilización laboral que ha dejado al trabajador, joven en particular, sin ninguna garantía sociolaboral, a priori ya es un beneficio para la producción y comercialización de cualquier comerciante mercantilista y rentista del planeta.

Aun no tenemos un Tratado de Libre Comercio con Europa, pero esta no es óbice para que empresa Europeas, a través de la economía globalizada puede acumular ingentes capitales de ganancia a costa del magro sueldo que se asigna a un joven trabajador en el Perú. Así por ejemplo la Empresa Telemark Spain, de capital español, viene contratando jóvenes peruanos para trabajar, en horarios y turnos, equivalentes al horario de Madrid España, a fin que desde el Perú nuestro jóvenes puedan vender celulares vía telefónica a ciudadanos españoles. Este hecho no llamaría la atención, si no hacemos una comparación entre el sueldo de un joven español en horario nocturno y el sueldo de un joven peruano que recibe un ingreso de S/. 600.00 nuevos soles mensuales.

Si bien, ambas partes del Tratado, reconocen que es inapropiado promover el comercio o la inversión mediante el debilitamiento o reducción de los derechos laborales. La historia económica y lo economía mundial nos dice lo contrario.

Desde los inicios de la mundialización de la economía, llamada hoy en día globalización, la sed de ganancias de los mercaderes a llevado a la búsqueda de nuevos mercados. Y las leyes morales que rigen los negocios, de estos comerciantes, no son los mismo que rigen para la búsqueda de bienestar laboral y democracia en un país.

Así por ejemplo, siempre se creyó que el actual democracia formal, o denominada democracia burguesa, por aquellos sectores que apostaban por una democracia popular, era la punta de lanza del Capitalismo, y que una y otra se daban la mano para su predominio en el mundo.

Sin embargo, el excesivo mercantilismo (no me refiero a la escuela económica) de la economía mundial, donde todo se compra y todo se vende, aun alterando los deseos de los consumidores, a través de publicidad que afectan el sentido psicológico de la población, ha llevado que la economía pierda el norte ético y moral con la humanidad. Y que confronte con la propia democracia.

En ese sentido afirma Francisco Miro Quesada Rada, en su libro del Ágora Ateniense al Ágora Electrónico, que los valores de libertad de la democracia, entran en contradicción con los valores anti éticos de la economía, antes aliadas, hoy en confrontación, porque no es compatible en términos valorativos la democracia con este tipo de economía mercantilista e inhumana.

El horizonte de implementación del Tratado de Libre Comercio, y la espera de ingresos de nuevas mercancías al mercado peruano tiene poco o nada que ver con el bienestar y desarrollo del país y en particular con la mejora de las condicione sociolaborales del trabajador; y, más aún, sin poder acudir a una Solución de Controversia en materia laboral, para los gremios o centrales sindicales.

Queda entonces a los trabajadores, en el marco del Tratado de Libre Comercio, la búsqueda de democratizar la economía y fortalecer las organizaciones para las nuevas conquistas que están por venir.