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viernes, 1 de octubre de 2010

Movilidad social y oligarquía.

Cuando leemos a Platón su obra La República, forma política utópica que consideraba como la ideal, encontramos que el rey filosofo gobernaba la ciudad, el guerrero se encargaba de resguardarla y los comerciantes y artesanos de satisfacer las necesidades de la ciudad; sin embargo, esta idea era y es contraria a lo que hoy podemos entender por democracia. Para Platón quien nacía guerrero moría guerrero y de igual forma quien nacía comerciante debía toda su vida al comercio; es decir, no existía movilidad social, nadie podía nacer comerciante y trasladarse a otro estamento social.

Esta idea estamental de la sociedad, sin embargo, perduró por siglos sobre todo durante la edad media, puesto que en este periodo oscurantista, quien nacía noble podía alcanzar ascenso social, y nadie que no fuese noble, por ejemplo, no alcanzaba ser un oficial militar, ya que el arte de la guerra y de la política estaba diseñado para la nobleza. Estos estamentos podían exhibirse muy funcionalmente en las reuniones denominados Estados Generales, convocados por los reyes de Francia por ejemplo, donde participaba el clero, la nobleza y el tercer estado. Esta última alcanzó protagonismo durante la Revolución Francesa.

Las ideas políticas liberales, de libertad, igualdad y justicia, traen consigo inherentemente la movilidad social porque es consustancial a ella. La libertad implica la ausencia de barreras sociales que hacen que el hombre convertido en ciudadano pueda ascender en los estratos sociales, políticos y económicos, libre de todo mecanismo de dominación que impida este ejercicio.

Un buen índice de democracia lo encontramos entonces en la movilidad social que pueda tener los países. “En ese sentido el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010 titulado “Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad” nos recuerda que también se registra una baja movilidad social intergeneracional. Dos rasgos que hay que distinguir. Por el primero, la alta desigualdad, quien está abajo está muy abajo y quien está arriba está, bien lejos, arriba. Es por eso que, en nuestros países, abajo quiere decir también pobre. Por el segundo, la baja movilidad intergeneracional, es bastante probable que el hijo de quien está arriba siga arriba y que el hijo de quien está abajo siga abajo y en la pobreza”( Por Javier M. Iguíñiz, Diario La República, sábado 18 de setiembre del 2010, http://www.larepublica.pe/actualidad-economica-javier-iguiniz/19/09/2010/arriba-los-de-arriba-abajo-los-de-abajo).

En el Perú los índices de movilidad social se encuentran muy por debajo que otros países, señala el profesor Iguíñiz y ni hablar de los piase europeos en donde sí existe movilidad social. Entonces viene la pregunta ¿cómo se explica en lo político esta escasa movilidad social? y que perdura por generaciones, como dice el informe. Eso significa que existe un grupo humano de peruanos, y que seguramente se hace llamar democráticos, que concentra y mantiene su estamento social a través del poder político y económico, como remarca el profesor Iguíñez.

Claro está que esta práctica social no es democrática, pero hay que caracterizarla y señalarla, quienes son estos grupos sociales que retrasan el desarrollo social y la modernidad. Durante la historia han tenido una serie de denominaciones, eupatridas durante los griegos, patricios con los romanos, nobleza en la edad media, y monárquicos. Así también caracterizando la forma de gobierno oligarquía y aristocracia, como expresión de gobiernos de unos pocos.

Sin embargo, esto es historia, y dirán algunos que ya no podemos hablar de oligarquía ni de nobles, porque jamás existieron en América Latina y mucho menos en el Perú, aunque todavía algunos socios minoritarios del Club Nacional sigan creyendo que sus antecesores que vinieron con Francisco Pizarro eran nobles de España y otros compraron el título para asemejarse.

Pero el informe que citamos líneas arriba no es historia, es de este año, es decir en lo políticos nos describe que existe un grupo social que concentra el poder a través de lo político y económico. La Real Academia de la Lengua dice para el término oligarquía lo siguiente: a) gobierno de pocos; b) forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social; y c) conjunto de algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia, ya que en la política nada es espontaneo.

Los trabajos del investigador sanmarquino Iván Oré Chávez (http://www.voltairenet.org/article166991.html, da en la médula del poder cuando intenta describir como un grupo de grandes familiares emparentados conforman lo que podemos denominar la oligarquía nacional. Es por ello que la “cuestión oligárquica”, en términos de acuñar y caracterizar el problema de fondo de la democracia, es la concentración del poder político y económico en manos de oligarcas antidemocráticos, que expresan su soberbia social en sus vidas privadas.

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