El término ‘ideología’ deriva de las voces griegas ‘eideia’, que significa idea, y de ‘logos’, que quiere decir palabra, verbo, ciencia o tratado. Significa, entonces, ciencia de las ideas, como fue concebida y definida por Destutt de Tracy, quien pretendía elaborar una ciencia tan rigurosa como la física y la matemática.
Sin embargo, el concepto de ideología tiene sus antecedentes en otros pensadores anteriores a De Tracy. Entre ellos está Maquiavelo, quien estableció la distinción entre una realidad factual y una realidad imaginaria.
También encontramos antecedentes en Francis Bacon, quien postuló la teoría de los ‘ídola’, para quien era la imagen de una falsa deidad. Bacon distingue cuatro clases de ‘ídolas’: tribus, vinculadas a la naturaleza humana; ‘specus’, los factores dañinos del conocimiento; ‘fori’, que tiene su origen en la convivencia de los hombres; y ‘theatri’, que deriva de las tesis y fábulas de los filósofos.
Los filósofos de la Ilustración, como Locke y Rousseau, plantearon que las clases dominantes elaboraban teorías para justificar sus privilegios, como consecuencia de su posición social. Establecían creencias muy aceptadas como verdaderas e inmutables. Las más conocidas fueron las del poder divino de los reyes. Esta fue rechazada por los liberales, que afirmaron que el poder radica en el pueblo.
En tanto, Marx sostuvo que la ideología era un conjunto de doctrinas y teorías elaboradas para justificar la posición de la clase dominante. En esa línea, las concepciones religiosas, económicas, políticas, culturales, filosóficas y científicas son ideologías, que afirman su carácter de concepción del mundo.
Con el discurso de la posmodernidad se ha acentuado la afirmación de que el mundo asiste al fin de las ideologías. La razón de este argumento consiste en señalar que la tecnificación, la eficacia tecnológica del mundo moderno, ha derrumbado los cimientos en que se basan las ideologías. Sin embargo, esta afirmación es tan ideológica como cualquier otra. Es la ideología de la desideologización como acertadamente señaló Marcos Kaplan.
Finalmente, es preciso vislumbrar los elementos valorativos de los ideologizados en el discurso político y en la práctica política, a fin de determinar el rumbo del nuevo gobierno peruano.
Sin embargo, el concepto de ideología tiene sus antecedentes en otros pensadores anteriores a De Tracy. Entre ellos está Maquiavelo, quien estableció la distinción entre una realidad factual y una realidad imaginaria.
También encontramos antecedentes en Francis Bacon, quien postuló la teoría de los ‘ídola’, para quien era la imagen de una falsa deidad. Bacon distingue cuatro clases de ‘ídolas’: tribus, vinculadas a la naturaleza humana; ‘specus’, los factores dañinos del conocimiento; ‘fori’, que tiene su origen en la convivencia de los hombres; y ‘theatri’, que deriva de las tesis y fábulas de los filósofos.
Los filósofos de la Ilustración, como Locke y Rousseau, plantearon que las clases dominantes elaboraban teorías para justificar sus privilegios, como consecuencia de su posición social. Establecían creencias muy aceptadas como verdaderas e inmutables. Las más conocidas fueron las del poder divino de los reyes. Esta fue rechazada por los liberales, que afirmaron que el poder radica en el pueblo.
En tanto, Marx sostuvo que la ideología era un conjunto de doctrinas y teorías elaboradas para justificar la posición de la clase dominante. En esa línea, las concepciones religiosas, económicas, políticas, culturales, filosóficas y científicas son ideologías, que afirman su carácter de concepción del mundo.
Con el discurso de la posmodernidad se ha acentuado la afirmación de que el mundo asiste al fin de las ideologías. La razón de este argumento consiste en señalar que la tecnificación, la eficacia tecnológica del mundo moderno, ha derrumbado los cimientos en que se basan las ideologías. Sin embargo, esta afirmación es tan ideológica como cualquier otra. Es la ideología de la desideologización como acertadamente señaló Marcos Kaplan.
Finalmente, es preciso vislumbrar los elementos valorativos de los ideologizados en el discurso político y en la práctica política, a fin de determinar el rumbo del nuevo gobierno peruano.
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