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viernes, 17 de septiembre de 2010

Élites, clanes y poder político.

Los análisis y los analistas, están en su mejor época, y a medida que avanza el proceso coyuntural de las elecciones, estas se hacen más necesarias para el debate y la formación de la opinión pública.

Sin embargo, debemos distinguir el análisis coyuntural de la política, del análisis estructural; la primera, nos lleva a ensayar respecto a las variables dadas y los elementos que pudieran caracterizar a cada candidato y al actual proceso electoral; su trayectoria, ideología, hoja de vida, perfil profesional, tendencia, y engarce con la población, programa político, dinámica política e institucional, encuestas, etc. Es este tipo de análisis el cual llena las hojas de los medios periodísticos y que puede ser considerado como doxa, (término griego usado por Parménides para diferenciar la verdad de la opinión), opinión no científica. Hoy en día tan venida a menos; más aún cuando tenemos como unos de los mejores doxásticos de la televisión a un autor de novelas rosas que hace pública su vida privada y conduce la opinión política televisiva.

Por otro lado, Platón anteponía a la doxa el episteme, que es el conocimiento científico, es decir el análisis, de los hechos y fenómenos, a través de un método científico; es decir, si queremos acercarnos a la verdad cuando analizamos el poder, debemos de usar las herramientas de una disciplina científica como es la Ciencia Política. Cuando nos acercamos a esta disciplina indudablemente estamos haciendo análisis de estructura. Es decir toca aquí escudriñar el ejercicio y distribución del poder y cuando hablamos de ello no es posible obviar el estudio de las teorías de las élites. Dentro de esta rama es que podemos ubicar el acucioso estudio de las élites y clanes familiares, del investigador sanmarquino Iván Oré Chávez (http://www.voltairenet.org/article166991.html ), quien siguiendo la trayectoria de otros estudiosos como Parra, Malpica, Favre, etc, viene a desempolvar un método de análisis con consecuencias contrastables e irrefutables de la realidad política. Veamos.

El emparentamiento familiar de las élites no es nuevo en la historia de las civilizaciones, ya los romanos lo ejercían, sin embargo la excesiva endogamia trajo consecuencias nefastas para los descendientes de las casas reales: Nerón, Calígula, Claudio. La hegemonía cristiana ayudó a cristianizar a los bárbaros, sin embargo no extirpó esta práctica de las casa reales europeas.

Ya en plena ilustración, Dalembert escribió en su Discurso Preliminar de la Enciclopedia: “Uno de los principales frutos del estudio de los imperios y de sus revoluciones es el de examinar cómo los hombres separados por decirlo así, en varias grandes familias, han formado sociedades diversas; cómo estas sociedades
diferentes han originado diversas clases de gobiernos; cómo han procurado el distinguirse las unas de las otras, tanto por las leyes que se han dado como por los signos particulares que cada una ha imaginado entre ellos. Tal es el origen de esta diversidad de lenguas y de leyes que, para nuestro mal, se ha convertido en un objeto considerable de estudio. Tal es también el origen de la política, una especie de moral de un género particular y superior, a la cual los principios de la
Moral corriente no pueden, a veces, acomodarse más que con mucha sutileza..” http://www.scribd.com/doc/6750155/DAlembert-Discurso-Preliminar-de-La-Enciclopedia.

No queda duda, que el estudio riguroso de la política no puede obviar el estudio de las grandes familias cuyo poder político y económico, debe ponerse bajo examen. En nuestro país estos tipos de estudio no se realizan; un acercamiento, sin tocar la médula sensible del poder de los apellidos y clanes familiares es el realizado por el profesor Durand, sin embargo, no llega al meollo del asunto. Tampoco se ha realizado estudios sobre el poder y su relación con los grandes clubes y asociaciones, llámese Nacionales o Masónicos, con reglas de juego poco, por no decir nada, democráticas. Véase los EXP. N. °3939-2006-AA/TC en http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/03939-2006-AA.html y el EXP. N.° 09332-2006-PA/TC en http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/09332-2006-AA.html en la web del Tribunal Constitucional www.tc.gob.pe.

Este análisis de las élites nos lleva a plantear el problema de la supervivencia de estructuras antidemocráticas que paralelamente mantienen su existencia en un orden democrático constitucional. Como bien lo plantea el profesor alemán Häberle, estos cónclaves cuyo poder se basa en elementos tradicionales nada democráticos confrontan con el Estado Constitucional.

La “cuestión oligárquica” como la ha denominado Iván Oré es la madre del cordero, entonces ¿cómo compatibilizar a una élite oligárquica antidemocrática con un sistema democrático que propugnamos como la mejor forma de gobierno y de convivencia social?

2 comentarios:

Atenea dijo...

Profe, lo felicito por su blog. Está muy bueno

Unknown dijo...

Gracias Atenea
saludos