Por: José de La Cruz. Catedrático
Publicado en El Diario El Comercio el Lunes 7 de Febrero del 2011
Fue Sócrates el primero en disertar sobre el papel de la conducta humana bajo los cánones de la moral en los asuntos políticos. Lo hizo como respuesta a lo planteado por Protágoras, para quien el hombre es la medida de todas las cosas.
Ante el oportunismo de los sofistas de la tercera generación, llamados los sofistas políticos, Sócrates planteó una verdad universal: que nuestra conducta moral responde a lo que cada ciudadano lleva en el alma. Así, la política se convierte en lo que el alma de sus ciudadanos es.
En la Edad Media, el cristianismo, bajo el aporte de San Agustín de Hipona y de Santo Tomás de Aquino, teologiza sobre la política; logra que esta asimile la ética cristiana y que fomente el respeto a la vida humana y al prójimo dentro de la búsqueda del bien común.
Con el advenimiento de la modernidad, la ética en política asume su carácter racional, expresado en los principios de libertad e igualdad de los hombres. La tradición liberal –en su lucha contra el absolutismo monárquico– y la socialista –en su batalla ideológica contra el capital– han aportado a la política esa aspiración ética de los pueblos de una vida libre y digna.
Es momento de que nuestros políticos adecenten su conducta y accionar en la participación política.
Publicado en El Diario El Comercio el Lunes 7 de Febrero del 2011
Fue Sócrates el primero en disertar sobre el papel de la conducta humana bajo los cánones de la moral en los asuntos políticos. Lo hizo como respuesta a lo planteado por Protágoras, para quien el hombre es la medida de todas las cosas.
Ante el oportunismo de los sofistas de la tercera generación, llamados los sofistas políticos, Sócrates planteó una verdad universal: que nuestra conducta moral responde a lo que cada ciudadano lleva en el alma. Así, la política se convierte en lo que el alma de sus ciudadanos es.
En la Edad Media, el cristianismo, bajo el aporte de San Agustín de Hipona y de Santo Tomás de Aquino, teologiza sobre la política; logra que esta asimile la ética cristiana y que fomente el respeto a la vida humana y al prójimo dentro de la búsqueda del bien común.
Con el advenimiento de la modernidad, la ética en política asume su carácter racional, expresado en los principios de libertad e igualdad de los hombres. La tradición liberal –en su lucha contra el absolutismo monárquico– y la socialista –en su batalla ideológica contra el capital– han aportado a la política esa aspiración ética de los pueblos de una vida libre y digna.
Es momento de que nuestros políticos adecenten su conducta y accionar en la participación política.
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